¿Cuál es el propósito de mi vida?
El por qué y el para qué de nuestra existencia.
Yeimy de Robainas
Como mujeres creyentes redimidas por Cristo Jesús este es un tema que necesitamos tener muy presente continuamente para poder vivir nuestra redención y tener siempre claro la dirección y meta principal de nuestras vidas. Cuando no tenemos esto claro perdemos el rumbo y la visión y fallaremos en determinar lo que elegimos hacer hoy y para qué lo hacemos.
De acuerdo a la Palabra de Dios vemos que el por qué fuimos creados como seres humanos en esta tierra nos lleva directamente a Dios y a su voluntad como creador de todo. Lo podemos encontrar en toda la Palabra, como en los versículos siguientes:
¨De Jehová es la tierra y su plenitud; el mundo, y los que en él habitan. Porque él la fundó sobre los mares, y la afirmó sobre los ríos.¨ (Salmos 24:1-2)
¨El Dios que hizo el mundo y todas las cosas que en él hay, siendo Señor del cielo y de la tierra, no habita en templos hechos por manos humanas, ni es honrado por manos de hombres, como si necesitase de algo; pues él es quien da a todos vida y aliento y todas las cosas. Y de una sangre ha hecho todo el linaje de los hombres, para que habiten sobre toda la faz de la tierra; y les ha prefijado el orden de los tiempos, y los límites de su habitación.¨ (Hechos 17: 24-26)
Esto nos hace pensar que el para qué está estrechamente relacionado con el por qué estamos en esta tierra y Quien nos creó. En este sentido vemos que nuestro propósito aquí es darle gloria a nuestro creador, de modo que si Él nos creó nosotros le pertenecemos a Él y nuestra vida debe glorificar y honrar a Dios. En el libro de Isaías encontramos una declaración que une ambas ideas: el Señor nos hizo y nos hizo para Su Gloria. Veamos: «todos los llamados de mi nombre; para gloria mía los he creado, los formé y los hice.» Isaías 43:7 Y en el Catecismo de la Nueva Ciudad se plantea la pregunta: ¿Cuál es el fin principal del hombre? Respuesta: El fin principal del hombre es glorificar a Dios y disfrutar de Él por siempre.
Y ahora, aquí es imprescindible que hablemos del evangelio. Nosotras todas hemos pecado y estamos destituidas de la gloria de Dios (Romanos 3) separadas y enemigas de Él; un Dios Santo, Santo, Santo que aborrece el pecado; pero gracias a que Cristo vino y vivió su vida perfecta en nuestro lugar llevando el castigo por nuestros pecados en la cruz del Calvario, hemos sido reconciliadas con Dios y Él nos ha dado un nuevo corazón que desea vivir para su gloria. Esto solo ha sido posible por su gracia, su iniciativa y su poder. Él nos ha librado de sí mismo y nos ha rescatado para que podamos vivir para Él y sus propósitos. Nuestro propósito es el suyo: que su Nombre sea conocido, glorificado, exaltado y que su Reino y obra redentora avancen en esta tierra.
Esto es muy importante porque rompe con todas las imágenes con las que quizás crecimos. Pensábamos que nuestro propósito era ser «alguien» en la vida, lograr una carrera exitosa, un buen trabajo, un matrimonio feliz, hijos saludables y educados q un día tengan también sus familias o contribuir con alguna causa social importante en el mundo y ¡ya está! A ser viejitas después y morir y se acabó todo. ¿No es así?
No me malinterpretes. Todas estas cosas no están mal, pueden ser deseos legítimos; el problema está que cuando ellos se convierten en fines en sí mismos, los hacemos ídolos y reducimos nuestro propósito solo a ellos. Pero gracias a Cristo hoy sabemos que nos debemos a una causa verdadera, justa y mayor que cualquiera que podamos tener en este mundo y esa es: Su causa. En Él encontramos nuestro verdadero sentido y razón de vivir y sólo abrazando y reconociendo esta verdad es que entonces llegamos a tener gozo real y duradero a pesar de que todos los demás «sub-propósitos» que construimos (y que deben apuntar también a su gloria) no sean tan perfectos o de las circunstancias difíciles en esta tierra, donde el sufrir abunda porque aún no es el cielo.
¨"Porque de él, y por él, y para él, son todas las cosas. A él sea la gloria por los siglos. Amén."
Romanos 11:3
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Yeimy de Robainas estudió psicología y ahora, certificada en Consejería Bíblica, sirve a la iglesia de Cristo en Pinar del Río, Cuba. Puedes conectarte con ella en Instagram como @yeimyrobainas
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