Crecer en el conocimiento de Dios

La vida cristiana no solo se trata de conocimiento bíblico; requiere mucho más que eso. La vida cristiana requiere que pensemos, actuemos y vivamos de acuerdo a lo que la Biblia dice, es decir, lo que Dios dice. ¿Cómo podemos avanzar en esta tarea?

1/8/20224 min read

Para los creyentes en Cristo, la Biblia es la verdad absoluta, completa e inmutable. Sin embargo, la vida cristiana no solo se trata de conocimiento bíblico; requiere mucho más que eso. La vida cristiana requiere que pensemos, actuemos y vivamos de acuerdo a lo que la Biblia dice, es decir, lo que Dios dice. La vida cristiana requiere que crezcamos constantemente en el conocimiento de Dios y de Su voluntad.

Tal como el apóstol Santiago, señala en Santiago 1:22 "Sean hacedores de la palabra y no solamente oidores que se engañan a sí mismos" (NBLA)

La Biblia, que es la revelación de Dios y de Su voluntad, nos enseña con claridad cómo debemos vivir. Por ejemplo, Salmos 105:4-5 dice:

"Busquen al Señor y Su fortaleza; Busquen Su rostro continuamente. Recuerden las maravillas que Él ha hecho, Sus prodigios y los juicios de Su boca" (Sal 105:4-5 NBLA).

Este pasaje nos habla de buscarlo siempre, no ocasionalmente; nos llama a no olvidar lo que Él ha hecho, a tenerlo presente todo el tiempo. Hay miles de cosas maravillosas que Dios ha hecho, y muchas de esas cosas podemos conocerlas leyendo la Biblia. Por ejemplo, la liberación del pueblo de Israel de Egipto. Si lees la historia en el libro de Éxodo, podrás aprender de todos los milagros y maravillas que Dios hizo, podrás entender de lo Él es capaz, y podrás conocer al Dios que tienes y su absoluto poder.

De igual manera, leyendo la Biblia aprenderás de las victorias que Dios le dio a algunos de sus siervos, que humanamente no eran posibles, pero Él, Dios Todopoderoso, las hizo posibles. También podrás conocer los milagros que hizo a través de sus profetas, y, de los prodigios que hizo Jesús, quien es Dios mismo. La manera de cumplir el mandato de recordar las maravillas, prodigios y juicios de Dios es pasando mucho tiempo leyendo y pensando en Su Palabra.

Otra manera de recordar sus maravillas, prodigios y juicios es pensando en todo lo que Dios ha hecho en nuestras vidas. Sus bendiciones y misericordias diarias, sus respuestas a nuestras oraciones, sus regalos inmerecidos, y los tiempos de dificultad en los que Él se ha mostrado suficiente para nosotras, buscando en todo tiempo Su rostro.

Buscar a Dios debe ser una práctica diaria de toda la vida. Oseas 6:3 dice:

"Conozcamos, pues, esforcémonos por conocer al Señor. Su salida es tan cierta como la aurora, Y Él vendrá a nosotros como la lluvia, Como la lluvia de primavera que riega la tierra". (Os 6:3 NBLA)

La palabra "Esforcémonos" viene del término hebreo «radáf», que significa “perseguir, correr tras algo, búsqueda” (Strong hebreo #7291). Esto quiere decir que no debemos ser apáticas o casuales en nuestra búsqueda de la persona y la voluntad de Dios, sino determinadas, activas, ambiciosas en encontrarlo día a día. Según este versículo, quienes perseveren en conocer al Señor, podrán verlo como al sol diario, El vendrá a nosotras como las primeras lluvias que caen en primavera, para reverdecer nuestras vidas.

Dios no solo nos manda a buscarlo, sino que además nos da numerosas y preciosas promesas para animarnos a hacerlo. En Proverbios 2:2-5 se encuentra una de las promesas más preciosas de la Biblia sobre el conocimiento de Dios.

"Da oído a la sabiduría, Inclina tu corazón al entendimiento. Porque si clamas a la inteligencia, Alza tu voz por entendimiento; Si la buscas como a la plata, Y la procuras como a tesoros escondidos, Entonces entenderás el temor del Señor Y descubrirás el conocimiento de Dios". (Prov 2:2-5 NBLA).

Entre la Biblia y la oración existe una relación inseparable. Debemos alzar nuestra voz a Dios en oración, pidiéndole que nos conceda conocerlo y entender Su voluntad. También debemos buscar este conocimiento de Él, como si buscáramos plata o un tesoro escondido en las profundidades de una mina. Nota, además, que existe una relación directa entre el conocimiento de Dios y nuestra reverencia a Él. Entre más lo conocemos, más lo respetamos y honramos con nuestras vidas.

Las personas que viven una correcta relación con Dios, tienen como característica principal que buscan conocer a Dios y Su voluntad. Aunque hasta los creyentes más maduros tienen luchas con el pecado y con la apatía a Dios, debemos perseverar en buscarlo y conocerlo. Esta meta debe ser nuestra obsesión más grande (2 Co 5:9) y la verdad que controle nuestras vidas, tal como lo era para el apóstol Pablo. Él lo expresó de una manera muy contundente en Filipenses 3:7-9:

"Pero todo lo que para mí era ganancia, lo he estimado como pérdida por amor de Cristo. Y aún más, yo estimo como pérdida todas las cosas en vista del incomparable valor de conocer a Cristo Jesús, mi Señor. Por Él lo he perdido todo, y lo considero como basura a fin de ganar a Cristo, y ser hallado en Él, no teniendo mi propia justicia derivada de la ley, sino la que es por la fe en Cristo, la justicia que procede de Dios sobre la base de la fe". (Fil 3:7-9 NBLA).

Desde hace varios años comencé a adoptar esta perspectiva. Las cosas que antes consideraba importantes y valiosas, como una profesión, éxitos laborales, posesiones materiales, hitos que impone la sociedad; hoy las veo solo como un regalo que Dios puede concederme en mi vida, y no como mis objetivos principales. La adopción de esta perspectiva ha sido gradual y constante, y la ha ido forjando Dios en mi corazón a medida que Él me conforma más a Cristo a través de Su Palabra, la obra del Espíritu Santo en mi y de las dificultades, las cuales sin duda, me han llevado a anhelar a Dios con obsesión, a buscarlo hasta el cansancio y a experimentar la transformación. Hoy, sigo persiguiendo a Dios, sigo deseando que Él continúe Su obra en mi, hasta que esté con mi Señor Jesucristo Eternamente.

¿Lo estás haciendo tu? Esta es claramente una invitación, para que inviertas tu tiempo, tus días, tus energías en buscar a Dios y en conocerlo, para que puedas disfrutar de una relación auténtica y vibrante con El, probando un poco de lo que podremos disfrutar con Él en la eternidad.

¿No sabes cómo hacerlo? ¿Por dónde comenzar? Contáctame a contacto@cristocentricas.com y charlemos.